Cuando echamos un vistazo a los regímenes totalitarios por los que se ha visto afectada la humanidad podemos percibir que siempre bajo los ideales de un líder se somete a una población a las medidas que se estimen necesarias, aunque éstas incluyan la violación de los Derechos Humanos, la supresión de la libertad personal y la unidad de creencias, entre otros.
Pero hubo un caso algo apartado de la mirada occidental; este fue el del Maoísmo.
El Maoísmo fue un régimen totalitario liderado por Mao Zedong
(26 de Noviembre de 1893 – 9 de Septiembre de 1976) en la República Popular China siendo la doctrina oficial del Partido Comunista durante la Revolución China.
Su teoría política adaptó los pensamientos leninistas - marxistas y los juntó a sus teorías; en las cuales predominaba, en primer lugar, que China no admitiría un régimen capitalista, ya que si lo aceptaba, China no surgiría ante la existencia de Estados Unidos; y en segundo lugar, la movilización del campesinado ya que en ellos veía el motor de la revolución en vez de los obreros industriales como fue en la Unión Soviética.
Su liderazgo estuvo demarcado por la creación del Movimiento de las Cien Flores en las que se toleraba cualquier crítica de su gobierno a manos de intelectuales y liberales chinos, pero meses después, en una segunda instancia, los tomó detenidos y muchos fueron asesinados. Esta abrupta matanza se denominó Movimiento Antiderechista.
Otro programa promovido fue el Gran Salto Adelante en 1958 que se basaba en el desarrollo de la industria pesada con el establecimiento de cuotas de producción; pero un mal manejo llevo a China a la hambruna más grande de la historia de dicho país con un saldo de 30 millones de personas muertas.
Entre 1966 y 1969 promovió la Revolución Cultural para profundizar el socialismo, impedir el capitalismo y liderar su partido.
Fue así que para borrar la aspiración de algunos al capitalismo, Mao mandó a:
Destruir el arte burgués
Asaltar a las personas que se vestían de manera occidental
Interrumpir ceremonias religiosas
Cuando falleció el 9 de septiembre de 1976, su viuda Jiang Quina continuó con la política del camino a la revolución mediante el movimiento de masas, enfrentándose a Hua Guofeng, que promovía un gobierno soviético, y a Deng Xiaoping, quien postulaba la separación de las ideologías con las economías. En esta lucha por el mandato ganó Deng Xiaoping.
Apartando la vida política de Mao, el culto que se practicó en su honor era que su imagen debía aparecer en todos los hogares, oficinas, comercios y vía pública.
Como cualquier político tuvo sus detractores y seguidores.
Sus opositores lo acusan de ser el responsable de no haber adoptado políticas de control de natalidad, de romper las relaciones con la Unión Soviética y de llevar a China a la mayor hambruna por su afán económico.
En cambio, sus seguidores lo vanaglorian del surgimiento de China como potencia y de corromper todo un siglo de humillaciones a cargo de las potencias occidentales.
La cercanía de Mao con su pueblo impide a algunos historiadores catalogarlo como el precursor y líder de un régimen totalitario.
Una afirmación de Mao Zedong es: “una de las leyes del proletariado es luchar y fracasar, volver a luchar para volver a fracasar, y así hasta la victoria final”.
Bibliografía:
http://es.wikipedia.org/wiki/Mao_Zedong
http://es.wikipedia.org/wiki/MaoÃsmo
http://es.wikipedia.org/wiki/Totalitarismo
http://www.youtube.com/watch?v=90pA_qaVAuQ
http://asiep.free.fr/chine/images/Mao.gif
http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Mao_Zedong_Porträt_am_Eingang_zur_Verbotenen_Stadt.jpg
Publcado por Constanza Martínez G.